¿Sabías que dedicarle más tiempo a tu lengua puede ser la clave para lucir una sonrisa más sana? Muchas patologías como la halitosis están muy relacionadas con las bacterias de la lengua. ¿Cómo mantener una buena limpieza lingual?
La lengua suele ser la gran olvidada durante la rutina de higiene bucodental. Son muchos los pacientes que se centran en los dientes, las encías, los espacios interdentales… Pero, ¿Y la lengua? En la superficie lingual se almacenan centenares de bacterias. La superficie lingual acumula centenares de familias distintas de bacterias. Estas bacterias se relacionan con casos de halitosis y con la acumulación de biofilm oral en la boca.
A menudo sólo nos preocupamos por la lengua cuando presenta alteraciones de color o manchas. Una lengua sana debe tener un aspecto rosado y si tiene un tono blanquecino, es señal de que algo no va bien. En general, este aspecto se relaciona con problemas gástricos, la candidiasis o está provocado por una higiene oral deficiente. Algunos hábitos perjudiciales como el tabaquismo o el consumo de alcohol también pueden alterar la superficie lingual, así como el sentido del gusto.
4 técnicas para la limpieza lingual
Limpiar la lengua es algo sencillo y rápido que puede realizarse después del cepillado mediante varias técnicas:
- Limpiadores linguales. Son herramientas diseñadas específicamente para limpiar la superficie lingual, de modo que proporcionan una higiene lingual completa. Tienen un orificio que se adapta a la superficie de la lengua y eliminan los restos de bacterias después de las comidas.
- Irrigador bucal. Es otro gran aliado para limpiar la superficie lingual. Aunque su uso concreto suele ser eliminar los restos de alimentos y bacterias incrustados entre dientes o la superficie dental, también sirve para limpiar la lengua.
- Enjuague bucal. El uso de colutorio después del cepillado es muy recomendable, ya que alcanza zonas de difícil acceso con el cepillo: espacios interdentales, la línea de las encías, y la parte posterior de la lengua.
- Cepillado. Algunos cepillos dentales incorporan una superficie rugosa en su rostro para raspar la lengua. La clave está en raspar la superficie de forma suave para no dañarla, mediante movimientos verticales de atrás hacia adelante.
Una buena rutina debe basarse el cepillado diario después de cada comida. También es importante complementar el cepillado con el enjuague bucal y el hilo dental. Si cuidamos la lengua, podremos lucir una sonrisa más sana y un aliento fresco durante más tiempo. Prueba a cuidar más tu lengua, ¡Y a sonreír!